LA CURA HISTÓRICA DE LA SÍFILIS
Cuando, en el siglo XV, la gran epidemia de sífilis se desató en Europa, se propusieron una variedad de métodos terapéuticos. Entre las medidas fueron los tratamientos no farmacológicos como la dieta, sangrado, tratamientos de spa, la oración, la purga, etc … En cuanto al tratamiento puramente médico, la farmacopea de la época ofrecía principalmente el mercurio y el guayacán.
El tratamiento con mercurio, utilizado en diversas formas, resultó no sólo muy estresante para los pacientes sino también tóxico, pero presentan una eficacia más limitada. En cuanto al palo santo, la administración en forma de decocción caliente, asociada con el ayuno y la purificación, mostró sus límites con bastante rapidez. Por último, en el siglo XX aparecieron los arsenicales, pero se descuidaron al principio debido a su toxicidad hasta que Paul Ehrlich y sus colegas proponen que Salvarsan será un gran éxito. Bismuto comienza a prevalecer en la década de 1920. Todos estos compuestos se abandonaron finalmente con el descubrimiento de la penicilina en 1943 cuando cuatro pacientes de sífilis se curaron mediante el uso de este antibiótico.